Un acuerdo para preservar un elemento clave en la cadena alimentaria de la vida marina.

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Protegiendo la vida salvaje del océano Antártico
Por María V. R.
Como adelanto progresivo hacia la protección de nuestros océanos y clima, el 85% de las empresas de pesca de camarones han decidido parar las actividades de pesca en las zonas alrededor de la Antártida. Los camarones son diminutos crustáceos, parecidos a una pequeña gamba, que suponen la dieta principal de muchos animales incluyendo ballenas, focas, calamares, pingüinos y otros peces. Debido a que los camarones son uno de los elementos más importantes en la cadena alimenticia de la Antártida, la disminución de su número ha amenazado a toda la vida salvaje que depende de ellos. La protección del camarón también ayuda a frenar el cambio climático porque los camarones se alimentan de un alga que produce gases invernadero cerca de la superficie del océano.

La sobrepesca del camarón ha estado dañando los ecosistemas marinos desde los años setenta. La industria pesquera los recoge porque son ricos en aceites Omega-3, un ingrediente principal en muchos suplementos alimenticios. También son usados como pienso para peces e incluso como alimento para mascotas. Se ha llegado a este acuerdo después de las advertencias por parte de Greenpeace sobre la competencia que la industria pesquera del camarón estaba suponiendo para animales ya de por sí amenazados en la región de la Antártida. La campaña de Greenpeace para la protección del océano Antártico ha sido respaldada por 1.7 millones de sujetos a lo largo del planeta. Personas de ciencia están preparando los detalles técnicos para la protección de este extenso territorio que se espera que cubra alrededor de 1.8 millones de kilómetros del mar de Weddell.

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