En 2016 se realizaron las primeras pruebas en vía pública de dos autobuses sin conductor con hasta 9 pasajeros que en breve comenzarán a operar en la ciudad de Sion, situada en el cantón de Valais, Suiza. Los autobuses están diseñados para recorrer las principales zonas turísticas de la ciudad antigua, y podrán circular de forma autónoma por caminos e identificar los obstáculos. De momento serán las personas las que desde la distancia controlen los vehículos. Según explicó el operador suizo PostBus, el sistema funciona de manera similar a como el personal de control de tránsito aéreo coordina y monitorea los vuelos.

La compañía que se encuentra detrás de esta tecnología robótica es BestMile, creada por dos jóvenes emprendedores del Instituto Federal Suizo de Tecnología (EPFL) en Lausana. Éste será el primer contrato de su compañía desde que abrió sus puertas en enero de 2015. El sistema está dirigido por un amplio conjunto de algoritmos informáticos que dicen hará que los accidentes sean menos comunes que los causados habitualmente por un error humano.

El mercado de automóviles sin conductor ha visto una buena inversión por parte de empresas tan potentes como Google, Apple y Tesla, a pesar de las amplias preocupaciones con respecto a la viabilidad de la apropiada implementación de la infraestructura y la seguridad. BestMile es una de las pocas empresas que aplica la misma tecnología para el transporte público; sienten que las rutas fijas de transporte público hacen que sea mucho más fácil operar y vigilar que la complicada logística requerida para los coches sin conductor. BestMile es optimista sobre su futuro, explicando que sus autobuses serán ideales para conectar zonas alejadas que actualmente están desatendidas por el sistema de transporte público por falta de rentabilidad. Será interesante ver cómo reaccionan los pasajeros al montar en un autobús sin conductor.