Tratando el comercio sexual con compasión.

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La solución a la prostitución en Suecia
Por Jerry Brownstein
En los últimos años, Suecia ha reducido de manera considerable el número de mujeres involucradas en el comercio sexual. En la capital, Estocolmo, y otras importantes ciudades, la prostitución en las calles ha disminuido en dos tercios, y el número de clientes masculinos que solicitan tener sexo se ha reducido en un 80%. Como resultado, el tráfico de mujeres extranjeras para la prostitución en Suecia se ha detenido casi por completo. Desde la década de los 70 Suecia había sido conocida por sus burdeles legales y salones de masaje, pero ese comercio también ha disminuido notablemente. La razón de todos estos drásticos cambios fue una revolucionaria ley que revocó la manera en la que se veía la prostitución.

Tradicionalmente la venta de sexo por parte de la prostituta ha sido considerada como ilegal. Tras años de investigación y estudios, Suecia aprobó una legislación que simplemente le dio un giro a la situación al: 1) criminalizar la compra de sexo, y 2) despenalizar la venta de sexo. Otro elemento esencial de la legislación de prostitución en Suecia contempla unos amplios y completos servicios sociales que tienen por objetivo ayudar a cualquier prostituta que quiera salir, además de unos fondos adicionales para educar al público.  

La única estrategia de Suecia es tratar la prostitución como una forma de violencia contra las mujeres, donde los hombres que la explotan son los únicos que rompen la ley. En cambio, las prostitutas, en su mayoría mujeres, son tratadas como víctimas que necesitan protección y ayuda. Además, el público y la policía deben ser educados para contrarrestar la histórica predisposición masculina en estos temas. De hecho, la policía sueca tardó un tiempo en entender y adaptarse a su nuevo papel, pero con el tiempo y con entrenamiento lo consiguieron y las cosas comenzaron a cambiar rápidamente. El cumplimiento de la ley en Suecia ha encontrado beneficios en la legislación de la prostitución en relación a los tipos de delitos sexuales, y les ha permitido eliminar de manera virtual el elemento del crimen organizado que tanto afecta a la prostitución cuando está meramente legalizada o regulada.

La estrategia de Suecia ha tenido tanto éxito que otros países ya empiezan a emularlo. Noruega e Islandia han adoptado recientemente una legislación similar, y Canadá ha propuesto una versión de la misma. La clave está en que los gobiernos vean a las prostitutas como víctimas de la coacción y violencia masculina. Esto significa hacer un cambio desde el punto de vista masculino al femenino. A la mayoría de los países aún les queda un largo camino que recorrer en este sentido... pero el ejemplo de Suecia demuestra que las cosas están cambiando.

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