Las piscinas ecológicas son naturalmente hermosas y no contienen productos químicos.

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Piscinas naturales
Por María V.R.
Otro verano largo y caluroso tiene a muchas personas pensando en agregar una piscina a su hogar o renovar una piscina existente. Después de todo, qué podría ser más refrescante que sumergirse en el agua cristalina de su propia piscina. En la mayoría de las piscinas, esa atractiva agua se mantiene sin bacterias y hongos mediante el uso de cloro y/u otros agentes químicos, sin embargo, también hay alternativas más ecológicas para mantener su piscina inmaculada. Una de ellas es construir una piscina natural (también conocidas como piscinas eco o biopiscinas) que mantienen el agua limpia y clara con un sistema de purificación ecológico. Este tipo de piscina está diseñado para ser un ecosistema acuático autónomo que utiliza la capacidad de filtrado de plantas, grava y arena. No solo no contiene químicos, sino que además ofrece un aspecto maravillosamente natural que puede realzar la belleza de su finca.
 


Todas las piscinas necesitan un sistema de saneamiento porque de lo contrario acumulan algas. Esto hace que el agua se vea turbia y, si no se trata, crea patógenos que son perjudiciales para la salud. Para lograr la calidad óptima del agua es necesario eliminar la materia orgánica de la que se alimentan las algas. En las piscinas ecológicas esto se hace de manera natural estableciendo un procedimiento que imita la forma en que se refina el agua en la naturaleza. Una piscina ecológica se divide en tres áreas: la piscina, el área de regeneración y el sistema de filtración. Este último está destinado a emular a la naturaleza, por lo que el agua debe estar en constante circulación como en un río. Esto se puede hacer a través de una instalación de tuberías, bombas y cascadas. El agua pasa continuamente a través de cada área del mecanismo, tal como lo haría en el lecho de un río: desde el área de natación pasa a la zona de regeneración, de ahí al área de filtrado y luego de regreso a la zona de natación.



“Una hermosa piscina en armonía con la naturaleza,
agua limpia libre de químicos”

Comencemos observando el área de baño; tiene una base elástica impermeable que se vuelve invisible una vez terminada la construcción. Es necesario crear una corriente en la piscina que haga circular todo el volumen de agua a través de los sistemas de regeneración y filtración, de dos a cuatro veces al día (según el tamaño de la piscina). El agua pasa de la piscina a la zona de regeneración que contiene variedad de gravas y plantas acuáticas. Esto lo hace muy similar a un humedal en miniatura, y aquí es donde comienza la higienización. La combinación de la grava y las plantas especiales elimina los elementos orgánicos contaminantes además de absorber el exceso de nitrógeno y fósforo. Las plantas son seleccionadas en función de su compatibilidad con el clima local. Algunas proyectan su belleza sobre la superficie del agua como los nenúfares, mientras que otras solo viven en el fondo. Las cañas, los jacintos y la lenteja de agua tienen una capacidad especialmente alta para limpiar el agua. También se pueden introducir ciertos tipos de peces en la zona de regeneración que ayudan a eliminar la materia orgánica y se alimentan de insectos.



Totalmente regenerada el agua pasa a la zona de filtración, que se basa en el sencillo sistema de la naturaleza, el mismo proceso por el cual el agua de lluvia se filtra a través del suelo antes de llegar a los acuíferos subterráneos. La zona de filtración se realiza principalmente con guijarros y arena que se colocan en capas para tamizar naturalmente el agua a medida que pasa. En la mayoría de los casos, se agregan otros tipos de cribas al final del proceso para mejorar aún más la calidad del agua a medida que fluye hacia la piscina. Debido a que no hay productos químicos en el agua, ésta es de una condición más liviana y transparente que en las piscinas convencionales.

Las piscinas naturales son populares en Austria, Alemania e Inglaterra desde hace décadas, pero estos son países con relativamente pocas piscinas, ya que nadar en ellas es posible solo unos pocos meses al año. Aquí, en España, donde tenemos muchas más piscinas debido al clima más cálido, las piscinas biológicas están empezando a ganar popularidad. La inversión inicial para construir una piscina natural es más alta que para una convencional, pero esto se compensa parcialmente con la reducción de los costos de mantenimiento. Sin embargo, la verdadera ganancia está en el disfrute y en los beneficios para la salud cuando se nada en un agua que ha sido desinfectada de forma natural y sin sustancias químicas. A esto hay que añadir el valor estético de una hermosa piscina que se integra en armonía con el paisaje, así que es fácil entender el motivo por el que las piscinas naturales están destinadas a ser cada vez más habituales.

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