El parlamento de Nueva Zelanda votó casi por unanimidad a favor de cambiar las leyes de armas del país menos de un mes después de un tiroteo en masa que dejó 50 muertos inocentes. La aprobación del proyecto de ley fue una respuesta directa a ese horrible acontecimiento que tuvo lugar en dos mezquitas de Christchurch el pasado 15 de marzo de 2019. La primera ministra, Jacinda Ardern, describió ese incidente como «el día más oscuro de la historia de Nueva Zelanda». Los miembros del parlamento votaron 119 a 1 para prohibir completamente todas las armas semiautomáticas de estilo militar. La Sra. Ardern dijo a los legisladores que, al aprobar esta prohibición, estaban dando voz a los asesinados por este crimen de odio racista, conocido como la masacre de Christchurch. «En última instancia, estamos aquí porque murieron 50 personas que ya no tienen voz. Nosotros en esta casa somos su voz, y hoy, hemos usado esa voz sabiamente».

Esta acción rápida en respuesta a la violencia con armas sin sentido contrasta con lo que ocurre en los Estados Unidos. Cada año se dan numerosos ataques violentos en ese país, pero los políticos de la derecha (republicanos) han bloqueado todos los intentos de controlar las armas de fuego durante décadas. De hecho, se ha vuelto mucho más fácil obtener y portar armas y rifles de asalto en todos los estados estadounidenses controlados por el partido republicano. Hay más de 400 millones de armas y rifles en propiedad de civiles en los Estados Unidos, más que la población total, de aproximadamente 330 millones.