El gobierno escocés ha votado unánimemente para prohibir el controvertido proceso de perforación de petróleo y gas mediante la técnica de fracturación hidráulica, popularmente conocida como "fracking". Tras una consulta pública, un asombroso 99% de las 60.000 respuestas se opuso completamente al fracking. La gran mayoría consideró que proteger el medio ambiente superaba con creces cualquier posibilidad de beneficios económicos. Hablando sobre la decisión histórica, el ministro de Medio Ambiente escocés Paul Wheelhouse dijo: «El gobierno escocés no apoyará el desarrollo de petróleo y gas inusual en Escocia. Las opiniones expresadas a través de nuestra consulta demostraron que las comunidades de Escocia no están convencidas de que exista un fuerte argumento económico frente al riesgo y la disrupción que anticipan en áreas como el transporte, la contaminación, su salud y bienestar».

Grupos ecologistas como World Wildlife Fund y Friends of the Earth Scotland también elogiaron la decisión como un éxito masivo al afirmar: «La industria del fracking debe prohibirse para evitar impactos potencialmente devastadores en la salud de las personas, el clima y nuestro entorno natural». Este anuncio viene pisando los talones al gobierno escocés oponiéndose a otro método inusual de obtención de combustibles fósiles. Después de considerar la extracción de gas subterráneo utilizando gasificación de carbón, también se tomó la decisión de prohibir este controvertido proceso.