Los científicos siempre han estado desconcertados por el hecho de que la temporada de lluvias en el Amazonas comienza dos o tres meses antes que en otras regiones de América Latina. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California cree que tienen la respuesta: estos árboles hacen su propia lluvia. Se realiza a través de la transpiración, que es una parte bien conocida de la fotosíntesis que comienza cuando la humedad pasa a través de las raíces de una planta. Luego se reúne en las hojas y finalmente se evapora en la atmósfera. Estos científicos creen que en la selva amazónica este proceso va un paso más allá. Dicen que las cantidades excepcionales de humedad que su transpiración libera en la atmósfera realmente ayudan a hacer que llueva. Los árboles bombean tanta humedad al aire que provocan un cambio en los patrones de viento que trae más humedad del océano.

La investigadora principal, la Dra. Rong Fu, y sus compañeros utilizaron el satélite Aura de la NASA para observar los niveles de vapor de agua sobre la selva amazónica. Le dijo a la revista Science que el satélite mostró vapores consistentes en la transpiración que es lo suficientemente fuerte como para ser la causa de las nubes de lluvia. Investigaciones anteriores ya habían demostrado que la selva amazónica libera aerosoles que fomentan la formación de nubes de lluvia, por lo que este nuevo estudio refuerza la creencia de que estas plantas no son sólo receptoras pasivas de la humedad de la atmósfera. Ésta es una razón más para apoyar los esfuerzos para detener la deforestación. Los científicos y activistas medioambientales han defendido durante mucho tiempo los bosques lluviosos, como el Amazonas, como los pulmones del planeta: inhalando dióxido de carbono y exhalando oxígeno. Reducir estos bosques para dar paso a tierras agrícolas ha sido descrito como uno de nuestros mayores desafíos para crear una ecología sostenible.