Drew Goodall, propietario de la compañía Sunshine Shoeshine, puede parecer un empresario exitoso como otro cualquiera, pero ésta es una historia inspiradora de triunfo sobre las dificultades y las privaciones. Cuando tenía veinte años, Drew estaba al borde de una prometedora carrera como actor después de obtener papeles en algunas películas importantes. Lamentablemente, después de este éxito inicial, el trabajo comenzó a disminuir y Drew finalmente se quedó sin dinero, fue desalojado de su casa y se vio obligado a vivir en las calles de Londres. Con el fin de ganar algo de dinero, tuvo la idea de ofrecer un servicio de pulido de zapatos a la próspera comunidad empresarial de la ciudad. Seis meses después, uno de sus clientes habituales le permitió montar una pequeña tienda en el vestíbulo de su oficina, y esto ayudó a Drew a ganar lo suficiente para salir de la calle.

Luego decidió ampliar su negocio, expandiéndose a oficinas en todo Londres, y así nació Sunshine Shoeshine. La compañía ahora tiene docenas de empleados, casi exclusivamente personas sin hogar o personas con necesidades especiales. También dona una gran parte de su salario personal a obras de caridad, en un intento por no olvidar el duro viaje hasta llegar a donde está hoy.